EL CARDENAL SARAH: EL DEMONIO ESTÁ ATACANDO LA EUCARISTÍA
(2/5/2020) El cardenal Sarah, en una reciente entrevista, declara que “el demonio está atacando la Eucaristía”, “basta de profanaciones, se trata de la Eucaristía”, “los fieles son libres de recibir la Comunión en la boca o en la mano», nadie puede evitar que un sacerdote confiese y reparta la Comunión”, “los sacerdotes deben mirar a Dios, no a una cámara”, ”el corazón del problema es la crisis de fe de los sacerdotes”.
COMENTARIO: La información sin duda es importantísima e inesperada, nunca habríamos sospechado que el demonio estaba atacando la Eucaristía…
El problema, es que la noticia llega 50 años tarde, porque el demonio está atacando la Eucaristía, que es el “fruto” de la Santa Misa, atacando la raíz, la propia Santa Misa, habiendo reemplazado la Misa católica por un culto protestantizado que ha destruido la Fe en la presencia real entre los católicos; y ese, y no otro, es el verdadero “corazón del problema”.
Igualmente, si «los fieles son libres de recibir la Comunión en la boca o en la mano», es lo mismo que decir que los fieles son libres de profanar la Eucaristía, porque recibir la comunión en la mano es una profanación que provoca además que caigan partículas al suelo que luego son PISOTEADAS. Entonces ¿en qué quedamos? No estoy despreciando la intención de fondo de sus comentarios, pero es preocupante que el médico vea al enfermo y no sea capaz de diagnosticarlo adecuadamente, mientras eso ocurra, poca esperanza tenemos
***
RATZINGER: HACE CIEN AÑOS…
(2/5/2020) . Infovaticana. “Hace cien años, asegura Benedicto en la biografía de Peter Seewald, “todo el mundo habría considerado absurdo hablar de un matrimonio homosexual. Hoy en día, se está excomulgando de la sociedad a quien se opone a ello”. Y otro tanto puede decirse del “aborto y a la creación de seres humanos en el laboratorio””.
COMENTARIO: Totalmente de acuerdo, pero igualmente podíamos añadir que hace cien años nadie sospechaba que en la Iglesia se iba a imponer un culto protestantizado en sustitución de la Misa Católica.
Y por continuar con cosas que nadie podía sospechar. Hace más de cien años, otro Papa, Pío XI, condenaba las reuniones y congresos ecuménicos, diciendo que “tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio. Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios” (Mortalium Animos). Pues bien, hace más de cien años este Papa no podía sospechar que los Papas, empezando por Juan Pablo II, y seguido luego por el propio Benedicto, iban a organizar públicamente tales reuniones en Asís.
Hace más de cien años, nadie podía sospechar que un Papa iba a dimitir sin tan siquiera explicar los motivos, y hace más de cien años tampoco podía nadie sospechar que el dimisionario, que ya NO es Papa, siguiera vestido de blanco confundiendo al pueblo de Dios.
Y así podríamos seguir hasta aburrir con lo que hace cien años nadie sospechaba iba a ocurrir en la Iglesia promovido por sus propios Papas, de lo cual usted no es en absoluto ajeno, y que viene ocurriendo desde hace cincuenta años.