Escrito por el Obispo Atanasio Schneider
Obispo Atanasio Schneider
26 de mayo de 2016
Estimado Sr. Matt:
Le agradezco su cortesía. Escribí una respuesta a la Carta Abierta de The Remnant, la cual adjunto para que pueda publicarla. Que Dios les bendiga abundantemente a usted y su apostolado en la fe católica. Saludos cordiales en Jesús y María,
+ Atanasio Schneider
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Estimado Sr. Christopher A. Ferrara:
El 9 de mayo usted publicó en el sitio web de “The Remnant” una carta abierta para mi sobre la Exhortación Apostólica “Amoris laetitia”.
Como Obispo, me siento agradecido y animado a la vez, por recibir de un laico católico una manifestación tan clara y hermosa del “sensus fidei” sobre la verdad Divina del matrimonio y la ley moral.
Estoy de acuerdo con sus observaciones en cuanto a las expresiones de AL (“Amoris laetitia”), y en especial las del capítulo VIII, que son extremadamente ambiguas y engañosas. Haciendo uso de la razón y respetando el sentido correcto de las palabras, es casi imposible interpretar algunas expresiones de AL según la santa e inmutable Tradición de la Iglesia.
Por supuesto que hay expresiones de AL que están de acuerdo con la Tradición. Pero esto no es lo que está en juego aquí. Aquí se ponen en juego las consecuencias naturales y lógicas de las expresiones ambiguas de AL. Representan, sin lugar a dudas, un verdadero peligro espiritual que traerá consigo confusión doctrinal y una fácil y rápida difusión de doctrinas heterodoxas relacionadas con el matrimonio y la ley moral, junto con la adopción y consolidación de la praxis de admitir a los divorciados vueltos a casar a la Sagrada Comunión, una práctica que trivializará y profanará tres sacramentos de un solo golpe, por así decirlo: el sacramento del Matrimonio, el de la Penitencia, y el de la Sagrada Comunión.
En estos tiempos oscuros en los que Nuestro Amado Señor parece dormir en la barca de Su Santa Iglesia, todos los católicos que aún toman en serio sus promesas bautismales, comenzando por los obispos y hasta el laico más sencillo, deberían hacer, a una sola voz (“una voce”), una profesión de fidelidad enunciando concreta y claramente todas las verdades católicas que se encuentran socavadas o ambiguamente desfiguradas en algunas expresiones de AL. Sería una especie de “Credo” del pueblo de Dios. AL es claramente un documento pastoral (es decir, por su naturaleza de carácter temporal) y no puede ser declarado definitivo. Debemos evitar “convertir en infalible” cada palabra y gesto de un Papa contemporáneo. Va contra la enseñanza de Jesucristo y toda la Tradición de la Iglesia. La concepción y aplicación totalitaria de la infalibilidad papal no es católica, es en última instancia, mundana como en una dictadura; va contra el espíritu del Evangelio y de los Padres de la Iglesia.
En mi opinión, además de la posible profesión de fidelidad común, debería llevarse a cabo, en mi opinión, por parte de eruditos competentes en teología dogmática y moral, un análisis sólido de todas las expresiones ambiguas y objetivamente erróneas de AL. Tal análisis científico debería hacerse sin enojo y sin parcialidad (“sine ira et studio”) y desde una filial deferencia hacia el Vicario de Cristo.
Estoy convencido de que en tiempos futuros los Papas agradecerán que hayan existido voces preocupadas de algunos obispos, teólogos y laicos en tiempos de gran confusión. Vivamos en nombre de la verdad y la eternidad, ¡“pro veritate et aeternitate”!
+ Atanasio Schneider,
Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Santa María en Astana
[Traducción de Marilina Manteiga. Artículo original]