Así es!!!…..porque yo era débil y pequeña, Dios se abajaba hasta mí y me instruía en secreto en las cosas de su amor. Si los «sabios», que se pasan la vida estudiando, hubiesen venido a preguntarme… se hubieran quedado asombrados al ver que yo, una niña de 14 años, comprenda los secretos de la perfección: unos secretos que toda su ciencia no puede descubrirles porque para poseerlos es necesario ser pobres de espíritu.