“Antes, la gente, no entendía la Misa, ahora sí”, le escuchaba esta frase sentenciadora a un Sacerdote, hace unos días y me llevó a una profunda reflexión sobre sus palabras. ¿Se entiende ahora la Misa? ¿Es que antes no se entendía? ¿Vds. creen que esta afirmación es real? Les voy a narrar una serie de hechos que he podido observar y que me llevan justo a la opinión contraria, no obstante, quiten Vds. mismos, sus propias conclusiones.
Hace unas semanas, en Navidades, me encontraba ejerciendo mi trabajo en una Iglesia, en la cual, se celebraba una Misa de funeral. El Sacerdote me indica que dado que los fieles no habían acudido el día anterior y él se encontraba muy molesto por este asunto, como “reprimenda”, haría una mezcla de Misa de Navidad y Misa Exequial y que yo, tocase principalmente Villancicos. Me mostré un poco perpleja, pero miren Vds., es mi trabajo y aunque parezca que los organistas nos mantenemos del aire que sale por los tubos del órgano, también comemos, así que si alguno me vio en tamaña situación, espero que sea indulgente con su opinión hacia mi persona. Lo que debería ser algo luctuoso, me atrevo a decir que rozaba lo irrisorio. El Presbítero con casulla morada, la organista cantando un hermoso canto de Navidad, “que nadie le despierte que se ha dormido”, la familia llorando, no se sabe si por la profundidad de la letra, que tanto podía hacer honor al finado como al Niño y el resto de presentes, como el que le regalan una entrada para un concierto y le da igual quién salga al escenario, una rica ensalada entre la Misa de Requien y la Misa de Navidad, pero está bien…
La gente ahora entiende la Liturgia, antes no.
No se crean que esto me resulta gracioso y que me mofo de la situación, al contrario, me resulta penoso y lamentable en grado extremo, se ofende a los asistentes, pero principalmente, a Dios.
El martes, llego a la Iglesia y en vez de la Misa del día, me encuentro que se celebra un funeral. Sacerdote de morado (el negro en mi Diócesis, sólo para el carbón), las lecturas de funeral y a la gente le da igual, lo importante es que haya Sacerdote, que se pueda Comulgar y que dure no más de cuarenta minutos. Así está la cosa… ¿Qué más da una lectura que otra si nadie medita ni media palabra del Evangelio? Si así lo hiciéramos, nos daríamos cuenta de la incorrección del Novus Ordo. No tienen más que remitirse a los Evangelios del Tiempo de Navidad y entenderán de lo que les hablo. Mientras en la Misa actual, el Niño nace, crece, se va por ahí a predicar y vuelve al pesebre, en la Santa Misa Tradicional, todo va siguiendo su cauce lógico y las lecturas van encadenadas o se repiten lo que nos permite meditar sobre ellas y seguir en el Tiempo de Navidad, en vez de alejarnos del Misterio del Niño Dios, pero claro…
La gente ahora entiende la Liturgia, antes no.
Memoria obligada, Santa Inés, mártir, el Párroco sale de verde en vez de rojo y hace las lecturas que le cuadran, que le gustan, o que por error nos atiza. ¿Qué más da? Sólo venimos a Comulgar, después ya salimos corriendo. En fin…no pasa nada…
La gente ahora entiende la Liturgia, antes no.
Reunión ecuménica por el octavario de los Cristianos, nada mejor que en una de las Iglesias más regias de mi ciudad, no se crean Vds. que para estas cosas eligen un local parroquial, o una Iglesia en el extrarradio, en absoluto, lo que fue cuna de condes y condesas recibiendo las Aguas de manos Santas, a día de hoy, es un lugar ocupado por evangélicos y ortodoxos. Antes de empezar el encuentro, se me acerca un laico implicado de una parroquia, de esos que preparan lecturas, moniciones, que también son ministros extraordinarios y me pregunta, “¿A qué hora empieza la Misa?” y le digo yo, “¿Qué Misa?”, ante mi asombro me da una respuesta muy detallada, “la Misa ecuménica que vamos a tener ahora, va a estar estupenda, vienen curas de otras religiones” y es que claro…
La gente ahora entiende la Liturgia, antes no.
Con relación al encuentro ecuménico, permítanme que me extienda un poco más, para que vean lo que nos atizan en las Diócesis. Un altar ocupado por un Sacerdote (católico), un señor con corbata (evangélico), el pope con su túnica (ortodoxo) y ¿Saben que les digo? Que los Católicos damos tanto la risa que este ecumenismo tan de moda, a lo que nos llevará, es a perder fieles, a cambiar de religión, porque allí sentada desde mi banco, me dieron ganas de irle a preguntar al ortodoxo que dónde había que apuntarse para ir a su Iglesia porque, créanme si les digo, que era el único normal y con un discurso mínimamente centrado. Si es que somos de parvulario. Esto ya fue señalado en su día como una bomba profética.
“La Iglesia enseñaba —y el conjunto de los fieles así lo creía— que la religión católica era la única religión verdadera. En efecto, fue fundada por el propio Dios, en tanto que las otras religiones son obra de los hombres. En consecuencia, el cristiano debe evitar toda relación con las religiones falsas y, por otra parte, hacer todo cuanto pueda para convertir a sus adeptos a la religión de Cristo. ¿Continúa siendo siempre verdadero esto? Por supuesto. La verdad no puede cambiar. Pero ocurre que el propio Papa asiste a ceremonias religiosas, de esas falsas religiones, ora y predica en los templos de sectas heréticas. La televisión difunde por el mundo entero las imágenes de esos contactos que causan estupor. Los fieles ya no comprenden.” (Monseñor Lefebvre)
Y continuando con lo mucho que ahora se entiende todo, paso a relatarles el siguiente caso, un grupo de personas en pleno viernes Santo cantando a pleno pulmón, “Victoria, tú reinarás, Oh Cruz, NO NOS SALVARÁS”, ya saben…
La gente ahora entiende la Liturgia, antes no.
Y avanzando, llegamos a los casos más sangrantes, los que más llaman la atención, los que hacen referencia a Diáconos Permanentes, demás variantes y Liturgias de la Palabra. “Hoy no pudo venir D. Juan (nombre ficticio) a decir la Misa y viene el cura casado, que nos gusta mucho, habla muy bien, mejor que D Juan porque es más joven y termina más rápido, la Misa es mucho más corta, lee un poco, habla, da la Comunión y ya está”, Vds. no le pregunten a esta gente si no echan de menos la Consagración, eso ya son palabras para eruditos y es que claro…
La gente ahora entiende la Liturgia, antes no.
¿Se cansan de la frase? Pues no lo hagan porque hay casos para dar y regalar, para empezar a contar y no parar. Esta es nuestra Iglesia, esta es nuestra realidad, lo que tenemos que vivir a diario, le llaman, “Eucaristía” y a los que acuden “Pueblo de Dios”, estos son los frutos del Concilio Vaticano II.
Antes no se entendía nada y ahora se entiende todo…Debe ser por eso, que todas estas irregularidades que se cometen de manera habitual, todo el mundo las aplaude en vez de denunciarlas. Y es que da igual que sea la Misa del día que la Misa de exequias, ¿Qué importa el Evangelio que se lea, o el color de la casulla del Sacerdote? ¿Qué más da un Salmo que otro, si la gente no es capaz de repetir ni media frase porque se pierde?
¿Saben que es lo prioritario en estos momentos? Lo fundamental es que salga un desfile cutre de “modelos” a leer lecturas, salmos, moniciones, oración de los fieles, paseíllo de ofrendas, a “repartir la Comunión”, porque esta es la realidad, se “reparte”, como si fueran los caramelos que dábamos en los cumpleaños cuando éramos niños, ¡Viva el Novus Ordo!
Y por si fuera poco el horror y el estropicio litúrgico, unido a esto, tenemos también la variante de cantores angelicales que suben al ambón sin tener ni remota idea de lo que es un sol, pero desde allí y dueños del micrófono nos atizan a voz en grito el denostado y ultrajado Santo de Aragües, entre otras melodías, que más que elevarnos, nos entierran directamente en el subsuelo. Pero claro, hay que cantar, hay que hacer algo, lo importante es participar activamente durante la Misa, menos estar en silencio y acompañando al Señor al Calvario, todo lo demás es válido, pero claro…
La gente ahora entiende la Liturgia, antes no.
Ignorancia total y absoluta, permitida y promovida por nuestros Pastores. Lo que en la Santa Misa Tradicional puede ser una Misa cantada, rezada o solemne, en el novus Ordo es un compendio de todo, menos en el uso de incienso, que al clero progresista le causa sofoco y en los ritmos musicales, ya que ahora los que más gustan, son los agitados, los que nos hacen mover los pies del suelo, levantar los brazos, dar palmadas y gritar “el Espíritu de Dios se mueve dentro de mi corazón”. ¿Cómo estar quietos cuando podemos estar bailando?
Y como todo el mundo entiende tanto, algo que en otras épocas era insospechado, hoy está de plena actualidad, las formaciones Diocesanas y la gaceta parroquial, medio divulgativo, en el cual, se termina de aleccionar a los que no pueden acudir presencialmente. ¿Por qué antiguamente, los Presbíteros no necesitaban impartir estos doctos cursos? Muy sencillo, antes, se daban retiros espirituales, charlas catequéticas, el clero estaba prácticamente todo el día confesando, los fieles tenían una formación piadosa, conocían lo principal: los Mandamientos, la vida de Gracia y el valor infinito de la Santa Misa. Justo lo que hoy en día se desconoce.
“Antes todo se fundaba en la fe inmutable de la Iglesia transmitida por catecismos que eran reconocidos por todos los episcopados. La fe se sustentaba en certezas; al quebrantarse éstas, se ha sembrado la perplejidad” (Monseñor Lefebvre)
En vez de formarse, la gente va a deformarse y les atizan interesantísimas charlas sobre cómo ser un Robin Willians de los escenarios, “curso de declamación para seglares”, patético y real, para que después salga a leer, o una persona que no consigue ni decir dos palabras seguidas o alguien con una voz engolada e impostada que le hace situarse como protagonista de la película de terror que estamos viviendo.
Esta semana, nos contaban en la gaceta, cómo se Comulga, en una de las hojas parroquiales de mi Diócesis, en una carilla entera, nos adoctrinaban sobre cómo Comulgar en la mano, qué curioso, ¿Verdad? Nunca fue necesario explicarle a nadie como se Comulga en la boca, es tan simple como abrirla, pero claro, la versión luterana es para niveles intelectuales elevados y requiere una formación práctica y detallada con fotografías y gráficos…Ya saben la frase, díganla Vds. mismos.
Resumiendo, que ya son horas, mientras los Sagrarios de las Iglesias están completamente abandonados, los laicos están reunidos con sus párrocos preparando la Misa del domingo, ¿Qué se canta? ¿Qué se lee?…una reunión de ejecutivos parroquiales para arreglar el mundo. Lo curioso es que dicen que los Sacerdotes no dan gestionado su trabajo, no me extraña, con tanto preparativo para una sola Misa, es normal, imagínense si tienen que preparar dos o tres, tendrían que pedir ayuda a la ONU.
Volvamos a la Santa Misa Tradicional, donde no hay nada que preparar, sólo el alma, todo está en el Misal y en el Presbiterio, el Sacerdote, ¿Qué cantamos? Nada queda a la improvisación ni es necesario recurrir al Cantoral Litúrgico Nacional y seleccionar un canto entre 500, todo está dispuesto en el Liber Usuallis, para que el alma de los que acuden a la Misa se eleve al Señor y los textos sean para Gloria de Dios.
¿Qué se ha pretendido con el Novus Ordo? Muy sencillo, cargarse la Misa para reventar los cimientos de la Iglesia. Lo han visto Vds. estos días, yo no me invento nada, Lutero en el corazón de la Iglesia, en breve quitarán la imagen de Santa Teresa y pondrán a San Lutero y los domingos, lunes, martes o el día que se elija, ¿Qué más da uno que otro? haremos una celebración conjunta para recordar lo bueno que es Dios y lo mucho que nos ama a todos, altos, bajos, gordos, flacos… mormones, luteranos, católicos, budistas…Todos vamos al cielo.
No se rindan, no desfallezcan, denuncien todo esto, pero sobre todo no abandonen a Nuestro Dios, no dejen nuestros Templos en manos de estos cafres, Jesús nos necesita, inmólense allí mismo, échense a los pies de la Cruz y recen para que el Señor venga pronto, hagamos entre todos un movimiento mundial de amor a Dios, exijamos la Santa Misa Tradicional y el Señor, volverá al centro de nuestras vidas y de nuestras Iglesias, no se rindan, de nada servirá esta vida sino la hemos entregado enteramente por el Reino de Dios.
Sonia Vázquez