1. “Todas las religiones son un camino para llegar a Dios” – 13/09/2024
Esto ha dicho hoy Bergoglio en Singapur durante un encuentro interreligioso:
Una de las cosas que más me ha impresionado de ustedes, los jóvenes, que están aquí, es la capacidad de diálogo interreligioso. Y esto es muy importante, porque si empiezan a discutir -“mi religión es más importante que la tuya”, “La mía es la verdadera, en cambio la tuya no es verdadera”-. ¿Adónde lleva todo esto? ¿A dónde?, que alguien responda ¿a dónde? [alguien responde: “A la destrucción”]. Y así es. Todas las religiones son un camino para llegar a Dios. Y, hago una comparación, son como diferentes lenguas, como distintos idiomas, para llegar allí. Porque Dios es Dios para todos. Y por eso, porque es Dios para todos, todos somos hijos de Dios. “¡Pero mi Dios es más importante que el tuyo!” ¿Eso es cierto? Sólo hay un Dios, y nosotros, nuestras religiones son lenguas, caminos para llegar a Dios. Uno es sij, otro, musulmán, hindú, cristiano; aunque son caminos diferentes.[1]
Obviamente, esto es pura herejía modernista condenada por la Iglesia. Cito al Papa Pío XI en su carta encíclica Mortalium Animos del año 1928:
2. La fraternidad en religión y congresos ecuménicos. Cosa muy parecida se esfuerzan algunos por conseguir en lo que toca a la ordenación de la nueva ley promulgada por Jesucristo Nuestro Señor. Convencidos de que son rarísimos los hombres privados de todo sentimiento religioso, parecen haber visto en ello esperanza de que no será difícil que los pueblos, aunque disientan unos de otros en materia de religión, convengan fraternalmente en la profesión de algunas doctrinas que sean como fundamento común de la vida espiritual. Con tal fin suelen estos mismos organizar congresos, reuniones y conferencias, con no escaso número de oyentes e invitar a discutir allí promiscuamente a todos, a infieles de todo género, de cristianos y hasta a aquellos que apostataron miserablemente de Cristo o con obstinada pertinacia niegan la divinidad de su Persona o misión.
3. Los católicos no pueden aprobarlo. Tales tentativas no pueden, de ninguna manera obtener la aprobación de los católicos, puesto que están fundadas en la falsa opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia, buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio. Cuantos sustentan esta opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por Dios.[2]
Creo que no es necesario demostrar[3] que quien promueve tales ideas no profesa en absoluto la fe católica. Y que, en el hipotético caso de haber adherido a ella en el pasado, ha apostatado formalmente de ella, pues ningún cristiano medianamente instruido puede alegar ignorancia en un asunto tan evidente, ni que decir tiene si se trata de un sacerdote o de un obispo o, peor todavía, como en este caso, si quien profiere tal impiedad es nada menos que el supuesto “Soberano Pontífice” y “Vicario de Cristo”.
Deseo sin embargo efectuar una precisión que considero indispensable. La situación actual que vivimos con Bergoglio no es, en lo esencial, diferente de la que padece la Iglesia desde el CVII y la introducción de sus falsas doctrinas referidas a la libertad religiosa, al ecumenismo, a la nueva eclesiología ecuménica del “subsistit in” y a la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas. Lo que ha dicho hoy Bergoglio encuentra allí su origen “magisterial” y es el fundamento teórico de su praxis heterodoxa. Y las diversas reuniones interreligiosas de oración por la paz convocadas por los tres últimos “papas” en Asís son una realización emblemática de esos falsos principios introducidos por el concilio.
Para ser justo, los hechos y los dichos bergoglianos no difieren sustancialmente de los de Wojtyla o Ratzinger cuando trataban acerca de estos asuntos ni cuando los ponían en práctica a través de sus incontables gestos “pastorales” en templos, mezquitas o sinagogas. Los mensajes de felicitación y de simpatía que el Vaticano envía regularmente a las principales religiones del mundo con ocasión de sus festividades son otra prueba fehaciente de la penetración profunda y persistente del modernismo en lo más alto de la jerarquía eclesiástica. La única diferencia entre el falso profeta argentino y sus predecesores radica en la claridad y la contundencia de sus palabras, que vuelven absurdos los intentos desesperados de los “conservadores conciliares” de aplicarles la imposible “hermenéutica de la continuidad” ratzingeriana.
No obstante lo dicho, estimo que la declaración del día de la fecha es tan explícita y deja al descubierto de modo tan patente la apostasía en la que se encuentra la “Santa Sede”, que ella debería constituir un hito en la resistencia católica, marcar un “antes” y un “después” en el lenguaje y en el accionar concreto de todos aquellos que rechazamos beber el veneno modernista, que rehusamos caer en la trampa de la obediencia que se nos exige respecto a una “autoridad” manifiestamente prevaricadora y que, en definitiva, nos negamos a ser cómplices de la apostasía generalizada.
La religión bergogliana es modernismo puro – 07/09/2024
Comparto con ustedes el discurso de Bergoglio en una mezquita de Yakarta, Indonesia, el jueves 5 de septiembre, con motivo de un encuentro “interreligioso”. Se trata de una nueva manifestación del “tradicional” ecumenismo conciliar cuya meta es la “fraternidad humana” y la armonía entre las religiones. Lo que, como es bien sabido, constituye el objetivo perseguido por la masonería, cuya filosofía se funda en el humanismo, el naturalismo y el indiferentismo religioso.
El modernismo[4], al igual que la doctrina masónica, se inspira del gnosticismo panteísta, según el cual la “divinidad” subyace en el psiquismo de cada persona, y las diferentes “tradiciones religiosas” no son sino expresiones sociales de esa “experiencia religiosa” primordial, efectuadas a través de las herramientas conceptuales propias de cada época y cultura. Esto significa que los “dogmas” de cada “religión” son secundarios, provisorios, están sujetos a evolución, y no deben considerarse como “definitivos” ni “absolutos”, porque lo único esencial y válido de modo permanente es la “experiencia religiosa” común a todos los hombres. De ahí la importancia de no “edificar muros” sino de “construir puentes”, como repite Bergoglio incesantemente.
De esto se desprende que el error del “fundamentalismo” consiste en hacer de la “ortodoxia” doctrinal un factor de división y enfrentamiento entre los hombres, puesto que, en su ser profundo, al compartir la misma “experiencia mística” originaria, todos somos, sin excepción, “hermanos” e “hijos de Dios”. Así pues, en la naturaleza humana reside, de manera vital e inmanente, la “divinidad” a la que “adora” la multiplicidad de religiones existentes en la tierra. Promover la unidad del género humano mediante la concordia entre las diferentes religiones será entonces el objetivo principal de los adalides del modernismo infiltrados en la Iglesia.
La finalidad del “movimiento ecuménico” y del “diálogo interreligioso” -iniciados de manera oficial por Roncalli en 1960 y por Montini en 1964-, es constituir la unidad del género humano tomando como base esta realidad antropológica universal. Es la famosa “unidad en la diversidad”, evocada sin solución de continuidad por Bergoglio. Los textos conciliares sobre la libertad religiosa, el ecumenismo y la relación de la Iglesia con las religiones no cristianas son los pilares “doctrinales” que sustentan la praxis y la pastoral conciliar en la materia, cuyos actos emblemáticos han sido las reuniones interreligiosas de oración por la paz celebradas en Asís, por iniciativa de Wojtyla, Ratzinger y Bergoglio.
Esta idea de la bondad y la legitimidad fundamental de las diversas “tradiciones religiosas” ha sido plasmada en la declaración de Abu Dabi del año 2019:
“El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina, con la que Dios creó a los seres humanos. Esta sabiduría divina es la fuente de la que proviene el derecho a la libertad de credo y a la libertad de ser diferente.”[5]
Y ha sido claramente expuesta por el cardenal Karol Wojtyla en 1976, apenas dos años antes de ser elegido “Vicario de Cristo”:
“A este Dios confiesa el trapense o el camaldulense en su vida de silencio. A Él se dirige el beduino en el desierto, cuando llega la hora de la oración. Y tal vez también el budista que, concentrado en su contemplación purifica su pensamiento preparando el camino hacia el nirvana. (…) La Iglesia del Dios viviente congrega a todos los hombres que, en cualquier forma, toman parte de esta maravillosa trascendencia del espíritu humano. Y todos ellos saben que nadie logrará colmar sus deseos más profundos. La manifestación de esta trascendencia de la persona humana la constituye la oración de fe, pero en ocasiones también el profundo silencio. Este silencio, que a veces parece separar al hombre de Dios, es no obstante un acto especial de la unión vital entre Dios y el espíritu humano. La Iglesia de nuestro tiempo se ha hecho particularmente consciente de esta verdad y, por ello, a su luz ha logrado redefinir, en el Concilio Vaticano II, su propia naturaleza.”[6]
Habiendo hecho esta breve introducción, les presento seguidamente el discurso integral del “Santo Padre Francisco” en Indonesia, del cual me he permitido resaltar las expresiones en las que se pone en evidencia la ideología masónica y modernista fomentada por el actual ocupante del Vaticano…
Discurso de Bergoglio en el encuentro interreligioso de Yakarta el 5/9/2024[7]
Queridos hermanos y hermanas: Me siento feliz de estar aquí, junto con todos ustedes, en la mezquita más grande de Asia. Saludo al Gran Imán y le agradezco las palabras que me ha dirigido, recordando que este lugar de culto y de oración es también “una gran casa para la humanidad”, en la que cada uno puede entrar para hacer una pausa consigo mismo, dar espacio a ese anhelo de infinito que lleva en el corazón, buscar el encuentro con lo divino y experimentar la alegría de la amistad con los demás.
Me agrada recordar que esta mezquita fue diseñada por el arquitecto Friedrich Silaban, que era cristiano y ganó el concurso. Esto prueba que en la historia de esta nación y de la cultura que aquí se respira, la mezquita, como también los demás lugares de culto, son espacios de diálogo, de respeto recíproco, de convivencia armoniosa entre las religiones y las diferentes sensibilidades espirituales. Este es un gran regalo, que están llamados a cultivar cada día, para que la experiencia religiosa sea punto de referencia para una sociedad fraterna y pacífica y nunca motivo de incomprensión y de choque.
A este respecto cabe mencionar la construcción de un túnel subterráneo -el túnel de la amistad-, que comunica la Mezquita Istiqlal con la Catedral de Santa María de la Asunción. Se trata de un signo elocuente, que permite que estos dos grandes lugares de culto estén no sólo “uno frente al otro”, sino también “comunicados” entre sí. En efecto, este pasaje permite un encuentro, un diálogo, una posibilidad real de “descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de encontrarnos […], de participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana solidaria, en una santa peregrinación” (Evangelii gaudium 87). Los animo a continuar por este camino: que todos, todos juntos, cultivando cada uno la propia espiritualidad y practicando la propia religión, podamos caminar en la búsqueda de Dios y contribuir a construir sociedades abiertas, cimentadas en el respeto recíproco y en el amor mutuo, capaces de aislar las rigideces, los fundamentalismos y los extremismos, que son siempre peligrosos y nunca justificables.
En esta perspectiva, simbolizada por el túnel subterráneo, quisiera dejarles dos consignas, para impulsar el camino de la unidad y de la armonía que ya han iniciado.
La primera es ver siempre en profundidad, porque solamente así se puede encontrar lo que une, más allá de las diferencias. En efecto, mientras en la superficie se encuentran las áreas de la mezquita y de la catedral, bien delimitadas y frecuentadas por sus respectivos feligreses, bajo la tierra, a lo largo del túnel, esas mismas personas diferentes se encuentran y pueden acceder al mundo religioso de los otros. Esta imagen nos recuerda algo importante: que los aspectos visibles de las religiones -los ritos, las prácticas, etc.- son un patrimonio tradicional que hay que proteger y respetar; pero lo que está “debajo”, lo que corre bajo tierra, como el “túnel de la amistad”, podríamos decir la raíz común de todas las sensibilidades religiosas es una sola: la búsqueda del encuentro con lo divino, la sed de infinito que el Altísimo ha puesto en nuestro corazón, la búsqueda de una alegría más grande y de una vida más fuerte que la muerte, que anima el viaje de nuestras vidas y nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de Dios. Recordemos esto: mirando en profundidad, percibiendo lo que fluye en lo más íntimo de nuestra vida, el deseo de plenitud que vive en lo más profundo de nuestro corazón, descubrimos que todos somos hermanos, todos peregrinos, todos en camino hacia Dios, más allá de lo que nos diferencia.
La segunda invitación es cuidar las relaciones. El túnel fue construido de una parte a la otra para crear una conexión entre dos lugares diferentes y alejados. Esto es lo que hace el pasaje subterráneo: conecta, crea un enlace. A veces pensamos que el encuentro entre las religiones se trata de una cuestión que tiene que ver sólo con buscar, a toda costa, puntos en común entre las diferentes doctrinas y confesiones religiosas. En realidad, puede pasar que un planteamiento de ese tipo termine por dividirnos, porque las doctrinas y los dogmas de cada experiencia religiosa son diferentes.
Lo que realmente nos acerca es crear una conexión entre nuestras diferencias, ocuparnos de cultivar lazos de amistad, de atención, de reciprocidad. Son relaciones en las que cada uno se abre al otro, en los que nos comprometemos a buscar juntos la verdad, aprendiendo de la tradición religiosa del otro; ayudándonos en las necesidades humanas y espirituales. Son vínculos que nos permiten trabajar juntos, caminar unidos en la consecución de algún objetivo, en la defensa de la dignidad del hombre, en la lucha contra la pobreza, en la promoción de la paz. La unidad nace de los vínculos personales de amistad, del respeto recíproco, de la defensa mutua de los espacios y las ideas ajenas. Ojalá que puedan siempre cuidar de ello.
Queridos hermanos y hermanas, promover la armonía religiosa para el bien de la humanidad es la inspiración que estamos invitados a seguir y que le da también título a la Declaración conjunta preparada para esta ocasión. En ella asumimos con responsabilidad las grandes, y algunas veces, dramáticas crisis que amenazan el futuro de la humanidad, particularmente las guerras y conflictos, desafortunadamente alimentados también por las instrumentalizaciones religiosas; pero también la crisis medioambiental, que se ha convertido en un obstáculo para el crecimiento y la convivencia de los pueblos. Y ante este escenario, es importante que los valores comunes a todas las tradiciones religiosas se promuevan y se refuercen, ayudando a la sociedad a “erradicar la cultura de la violencia y de la indiferencia” (Declaración conjunta de Istiqlal) y a promover la reconciliación y la paz.
Les agradezco este camino común que llevan adelante. Indonesia es un gran país, un mosaico de culturas, etnias y tradiciones religiosas; una riquísima diversidad que se refleja también en la variedad del ecosistema y del ambiente circundante. Y si es cierto que poseen la mina de oro más grande del mundo, sepan que el tesoro más valioso es la voluntad de que las diferencias no sean motivo de conflicto, sino que se encuentren armónicamente en la concordia y el respeto recíproco. La armonía, es esto que hacen ustedes. No pierdan este don. No vayan a perder nunca esta riqueza tan grande, es más, cultívenla y transmítanla sobre todo a los jóvenes. Que nadie ceda al atractivo del integrismo y de la violencia; que, en cambio, todos estén fascinados con el sueño de una sociedad y de una humanidad libre, fraterna y pacífica.
Gracias, gracias por su sonrisa gentil, que esplende siempre en sus rostros, y que es signo de vuestra belleza y apertura interior. Que Dios les conceda este don. Con su ayuda y su bendición vayan adelante, Bhinneka Tunggal Ika, unidos en la diversidad.
Saludo de Bergoglio en el “Túnel de la Amistad”
Queridos hermanos y hermanas: Los felicito a todos por este “Túnel de la Amistad”, que quiere ser un lugar de diálogo y de encuentro. Si pensamos en un túnel, fácilmente imaginamos un recorrido oscuro que puede darnos miedo, especialmente si estamos solos. Aquí en cambio es diferente, porque todo está iluminado. No obstante, la luz que lo alumbra son ustedes, con su amistad, con la concordia que cultivan, con el apoyo mutuo y con su caminar juntos que los conduce, al final del camino, hacia la luz plena.
Nosotros creyentes, que pertenecemos a diferentes tradiciones religiosas, tenemos un papel que desempeñar: ayudar a todos a atravesar el túnel con la mirada dirigida hacia la luz. Así, al final del recorrido, en quien ha caminado junto a nosotros se puede reconocer a un hermano, a una hermana, con quien compartir la vida y sostenerse mutuamente.
A las numerosas señales de amenaza, a lo tiempos oscuros, contraponemos el signo de la fraternidad que, acogiendo al otro y respetando su identidad, lo exhorta a un camino común, hecho entre amigos, y que conduce hacia la luz.
Gracias a todos aquellos que trabajan convencidos de que se puede vivir en armonía y en paz, conscientes de la necesidad de un mundo más fraterno. Me gustaría que nuestras comunidades pudieran estar cada vez más abiertas al diálogo interreligioso y sean un símbolo de la coexistencia pacífica que caracteriza a Indonesia.
Elevo mi oración a Dios, Creador de todos, para que bendiga a todos aquellos que atravesarán este túnel en espíritu de amistad, armonía y fraternidad.
Bendición en el encuentro con jóvenes de Scholas Occurrentes[8]
El día anterior, en una reunión con jóvenes participantes de su proyecto educativo Scholas Occurrentes -“Escuelas para el encuentro”, organización internacional no confesional lanzada por Francisco en 2013-, había finalizado el evento impartiendo una bendición genérica “válida para todas las religiones”, omitiendo la Señal de la Cruz y cualquier referencia a la Santísima Trinidad o a Jesucristo:
“Quisiera dar una bendición. Bendición significa decir bien, desear algo bueno. Aquí, ustedes son de religiones diversas, pero tenemos un solo dios, es uno solo. Y en unión, en silencio, rezaremos al Señor y daré una bendición para todos, una bendición válida para todas las religiones. Que Dios los bendiga a cada uno de ustedes. Que bendiga todos sus deseos. Que bendiga a sus familias. Que los bendiga a ustedes aquí presentes. Que bendiga su futuro. Amén.”
Alejandro Sosa Laprida
[1] https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2024/september/documents/20240913-singapore-giovani.html – https://www.youtube.com/watch?v=iY8faC-Nlmo (ver del minuto 42 al 45) – https://gloria.tv/post/7PWdKdUqfd1b2NsaefqNrYoun
[2] https://es.catholic.net/op/articulos/19089/cat/703/mortalium-animos.html#modal
[3] Ver al respecto: 1. “La religión bergogliana es modernismo puro” – https://gloria.tv/post/ZxKJGqjLwPb16NZzy3vBDb9f8 – 2. “Ecumenismo, modernismo y apostasía” – https://gloria.tv/post/ZnZeLD7ToQNw4a8EN8VmHLfhM – 3. “Ceguera espiritual y negación de la realidad” – https://gloria.tv/post/71b7ppgmGGvm3kTJHjWGmCVYF – 4. “El Vaticano promueve la apostasía y una religión global” – https://gloria.tv/post/bUsSsFR763PH42N9dkudYoCLQ – 5. “Misterio de iniquidad” – https://gloria.tv/post/22LiQpWbFdAaCuCR7XXdRReph
[4] Relacionado: 1. “Ceguera espiritual y negación de la realidad”: https://gloria.tv/post/71b7ppgmGGvm3kTJHjWGmCVYF – 2. “Ecumenismo, modernismo y apostasía”: https://gloria.tv/post/ZnZeLD7ToQNw4a8EN8VmHLfhM – 3. “Ceguera espiritual y misterio de iniquidad”: https://gloria.tv/post/fGuqfpTuPWYu3EMRGQUHQkidn – 4. “La serpiente del Vaticano”: https://gloria.tv/post/RaNz1RwNYDTZ1LVkUvvhCnagw – 5. “Misterio de iniquidad”: https://gloria.tv/post/22LiQpWbFdAaCuCR7XXdRReph.
[5] Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar el 04/02/2019 en Abu Dabi, declaración conjunta intitulada: La fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común.
Sobre el tema recomiendo el siguiente estudio: “El Vaticano promueve la apostasía y una religión global”: https://gloria.tv/post/bUsSsFR763PH42N9dkudYoCLQ – En el enlace podrán descargar el archivo PDF y encontrarán también las versiones inglesa, italiana y portuguesa.
[6] Cardenal Karol Wojtyla, prédica del retiro de Cuaresma de 1976 a Pablo VI y a la Curia Romana en el Vaticano, publicado en el libro Signo de contradicción, BAC, Madrid, 1978, p. 24.
[7] https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2024/september/documents/20240905-indonesia-incontro-interreligioso.html
[8] https://www.youtube.com/watch?v=bgpUTjUO9mE – https://novusordowatch.org/2024/09/bergoglios-generic-god/ – https://www.lifesitenews.com/news/pope-francis-skips-sign-of-the-cross-to-impart-blessing-valid-for-all-religions/