Composición de lugar. Contempla a Jesús en el desierto orando y ayunando.
Petición. ¡Oh buen Jesús! Hacedme alma de oración y unión con Vos.
Punto primero. Después que Jesucristo fue bautizado por san Juan y bajó el Espíritu Santo sobre ÉL, oyendo la voz del Padre que decía: “Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo puestas todas mis complacencias, oídle”; y se fue al desierto guiado por el Espíritu Santo, para ser tentado, ayunar y prepararse a la vida pública o apostólica… Cuarenta días estuvo Jesucristo en el desierto solo, en silencio ayuno y oración, sin hablar palabra, sin probar ningún manjar, sin ver a persona humana, sufriendo toda clase de inclemencias… He ahí el ejemplo que debes imitar, hija mía, antes que quieras emprender alguna cosa de importancia: retirarte a la soledad, mortificarte, orar. Así todas tus empresas saldrán con gloria de Dios y provecho de las almas y de ti misma… No lo olvides.
Punto segundo. Medita cómo Jesucristo fue tentado, hija mía para ir delante de ti con su ejemplo, para vencer las tentaciones, para compadecerse de los tentados, y para merecernos la gracia de resistirlas… Tienta primero el demonio a Jesús por la parte más flaca, la gula, porque ve que tiene hambre, y decible: “Si eres Hijo de Dios di que estas piedras se conviertan en pan…” tienta a Jesús por vanagloria, y llevándolo a lo más alto del templo dícele: “Si eres Hijo de Dios échate de aquí abajo, porque escrito está que los Angeles te guardarán para que no tropiece tu pie contra la piedra.” Por fin, viendo que con estas tentaciones no podía vencer a Jesucristo, tiéntale por la avaricia y ambición, y dícele el tentador después de haberle subido a lo más encumbrado de un monte, y mostrándole todos los reinos del mundo y su pompa: “Todas estas cosas te daré si postrándote, o cayendo a mis pies, me adorares…” He ahí al demonio con toda su astucia y malicia. Embiste siempre por la parte más flaca, halagando, adulando, prometiendo, mintiendo… ¿No es verdad, hija mía, que así te ha tentado a ti siempre, y te ha hecho caer en la tentación?… Aprende y cautélate para lo sucesivo.
Punto tercero. ¿Cómo vencerás las tentaciones, hija mía? Es imposible no ser tentada, porque la vida del hombre sobre la tierra es una continua guerra… ¿Tienta a Cristo y no tentarás a ti Satanás? Vigilancia y oración necesitas para no caer en la tentación. Imita a Jesucristo… Las tentaciones de la gula las vencerás con el desprecio. No de sólo pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, decía Jesucristo. La de vanagloria se vence descubriendo la ilusión de Satanás. Escrito está: No tentarás a tu Dios y Señor… La de avaricia y ambición, que es servidumbre de ídolos, se vence rechazándola con grande indignación, diciendo: Apártate, Satanás: escrito está: Adoraras a tu Dios y Señor, y a Él sólo servirás… Resiste, pues, con fe, y huirá Satanás, y vencerás todas sus tentaciones, y los Angeles te servirán, te confortarán… ¡Oh hija mía! Vive preparada y vigilante, que Satanás no duerme… Vigilancia y oración… vigilancia y oración, y así no caerás jamás en la tentación.
Padre nuestro y oración final
Fruto. Con desconfianza propia y confianza en Dios, con vigilancia y oración me prepararé para vencer la tentación.
San Enrique de Ossó