El arzobispo de Bolonia (Italia) retirado, el cardenal Carlo Caffarra—uno de los autores del libro titulado “El libro de los cinco Cardenales” y un fuerte defensor de la enseñanza católica tradicional sobre el matrimonio—recientemente ha dado una entrevista al sitio web italiano La nuova bussola quotidiana. En esta entrevista del 25 de mayo con respecto al matrimonio y a la familia, el Cardenal Caffarra aclara que aunque el estado ahora hace leyes que permiten los así llamados, “matrimonios del mismo sexo”, ellos “no pueden cambiar la realidad de las cosas”. Él dijo que “los alcaldes (en especial aquellos que son católicos), tienen que hacer una objeción consciente” sobre este asunto. El celebrar una unión así, continúa diciendo Caffarra, sería hacerse a uno mismo parcialmente responsable de tal “acto que es gravemente ilícito en un nivel moral.” El cardenal italiano ve en este momento que está ocurriendo una disfunción entre la naturaleza y el logos con relación al matrimonio.
Cuando se le preguntó si también había causas supernaturales para este nuevo desarrollo, el cardenal Caffarra se refirió a la ya conocida e importante correspondencia que tuvo con la hermana Lucía en la década de los 80s. Caffarra señala que el 13 de mayo de 1981—el mismo día en que el papa Juan Pablo II sufrió el atentado contra su vida—Caffarra estaba a punto de abrir el ‘Instituto Pontificio del Papa Juan Pablo II para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia’. Describe cómo, unos años más tarde, él le escribió a la hermana Lucía y le pidió que rezara para el recientemente fundado Instituto, no esperando recibir una respuesta por parte de ella. Continúa Caffarra:
<<Ella me respondió—permítame recordarle que en ese entonces estábamos en los primeros años de los 80—y ella me dijo que habría un tiempo del “conflicto final” entre el Señor y Satanás. Y que el campo de batalla sería sobre la mismísima institución del matrimonio y de la familia, las cuales serían perseguidas y que no deberían temer porque la Madonna ya ha aplastado la cabeza de la serpiente infernal>>.
Caffarra explica esta lucha entre Dios y Satanás con respecto a la redefinición del matrimonio como sigue: << Y Satanás le dice a Dios: “Ve, esta es Tu creación. Pero yo Te demostraré que yo puedo construir una creación alternativa. Y Tú verás que la gente dirá que es mejor de esta manera”>>.
Según Caffarra, depende de la Iglesia volver a enseñar la totalidad de la belleza del sacramento del matrimonio que hace uno de dos, y que le da a los esposos la gracia de la caridad marital para poder tener niños y educarlos. La Iglesia <<-tiene que sanar la falta de habilidad de amar entre los hombres y las mujeres->> agrega Caffarra.
Con respecto a la exhortación papal, Amoris Laetitia, el cardenal Caffarra señala que su <<Capítulo 8 no es objetivamente “claro”>> puesto que causa <<conflictos de interpretaciones incluso entre los obispos>>. En tal caso, continúa el prelado italiano, uno debe referirse a la continuidad del Magisterium del pasado para poder recibir claridad. <<En materias de la doctrina y de la moralidad, el Magisterium no puede contradecirse>>, afirma Caffarra. Con respecto a la pregunta sobre los “divorciados vueltos a casar” y su acceso a la santa comunión, el cardenal aclara que esto no se puede cambiar y que estas parejas aún están imposibilitadas de recibir la santa comunión. Aquí se refiere a la enseñanza magisterial anterior de la Iglesia y afirma: <<Ahora, si el Papa hubiera querido cambiar esa enseñanza—está muy claro—él tendría el deber, de verdad el serio deber, de decirlo clara y explícitamente. Uno no puede cambiar una disciplina antigua de la Iglesia con la ayuda de un pie de página, y en un tono incierto>>. Caffarra hace entonces aquí referencia al “principio de interpretación” de acuerdo con el cual “una enseñanza magisterial incierta tiene que ser interpretada en continuidad con el anterior Magisterium”.
Esta declaración del cardenal Caffarra hace que uno se haga la pregunta más amplia: “¿Hasta qué punto, en cualquier eventualidad, es algo sellado o atado con intencional ambigüedad en la consciencia católica?”
Maike Hickson
[Traducido por Tina Scislow. Artículo original.]