Mientras el Papa Francisco prepara su visita a Cuba, Washington, D.C, New York y Filadelfia, numerosos artículos de los principales medios de comunicación de Estados Unidos han estado publicando artículos concernientes acerca de cómo es visto por parte de los fieles últimamente la Iglesia y el Papa.
Una de estas publicaciones hoy, en el Washington Post, resalta las preocupaciones de los conservadores y tradicionalistas, ilustrando el aumento de la unidad de estos dos grupos gracias a este Papa – el Efecto Francisco que es actualmente cuantificable, a diferencia del mito del aumento de la asistencia a Misa por parte de los fieles durante este pontificado.
Del artículo:
Cuando Steven Skojec escucho que Jorge Mario Bergoglio había sido elegido papa, sintió una sensación de nauseas en la boca del estómago. Él no podía explicar porque exactamente— a pesar de que seguía las políticas del Vaticano muy de cerca, no conocía mucho acerca de Francisco en ese momento. Pero mientras observaba como el nuevo líder Católico saludaba a la multitud en la televisión de su oficina en Manassas, Va., él estaba lleno de pavor.
“Sentí una discontinuidad”, dijo él. “Una interrupción”…
Esa crítica se ha hecho eco en artículos de opinión escritos por católicos prominentes en el Wall Street Journal; un grupo de expertos del mercado libre, y en líderes en negocios alrededor del mundo. Este verano, el instituto Heartland envió una delegación a Roma para “educar” al Papa sobre el cambio climático (esta organización cree que el cambio climático producido por el hombre es un mito). La fundación Heritage advirtió que el papa se ha alineado a sí mismo “con la izquierda y ha abrazado una ideología que haría a las personas más pobre y menos libres”.
Incluso numerosas publicaciones católicas han utilizado un inusual lenguaje bastante duro. Un escritor de “ First Things” que realizan publicaciones muy conservadoras, ha llamado a Francisco “un ideólogo y entrometido egoísta”. En un boletín de la Iglesia de agosto, para la Anunciación de la Virgen María, en San Hedwig, Texas, se han lamentado de la última encíclica del Papa Laudato Si, escribiendo que “es demasiado malo que haya adquirido y usado frases que no han sido probadas científicamente y además son utilizadas por el grupo de líderes mundiales que luchan para controlar a las personas, manipulando los problemas energéticos”. El Cardenal Raymond Burke ha incluso sugerido que tal vez sea necesario “resistir” a los cambios doctrinales del Papa.
Puede verse el artículo completo del Washington Post aquí.
[Traducido por Florencia Cabrera. Artículo Original]