Día litúrgico: Jueves XXVIII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 11,47-54): En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros. Por eso dijo la Sabiduría de Dios: ‘Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán’, para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas derramada desde la creación del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el Santuario. Sí, os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación. ¡Ay de vosotros, los legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que están entrando se lo habéis impedido».
Y cuando salió de allí, comenzaron los escribas y fariseos a acosarle implacablemente y hacerle hablar de muchas cosas, buscando, con insidias, cazar alguna palabra de su boca.
PALABRA DE DIOS.
Actualizando este texto al día de hoy, vemos como en no pocas ocasiones las voces críticas contra la Iglesia vienen precedidas de alabanzas para crear un contraste que confunda las conciencias y las lleve a dirigirse a si mismas sin contar con la enseñanza de la Iglesia. Son, por ejemplo, los que elogian la labor social de la Iglesia pero rechazan su doctrina moral, los que dicen seguir a Cristo pero no a la Iglesia, o los que afirman ser «católicos a su manera»……….ni entran en el Cielo y además dificultan la entrada a los demás. Atentos a esto: NO se puede aceptar a Cristo sin la Iglesia, y no solo con una parte de la Iglesia sino con toda entera. No metamos la «tijera» en el Catecismo.