Día litúrgico: Martes XXXIV del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 21,5-11): En aquel tiempo, como dijeran algunos acerca del Templo que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: «Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida».
Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?». Él dijo: «Estad alerta, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato». Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo».
PALABRA DE DIOS
De nuevo Nuestro Señor Jesucristo preocupado por nuestra perseverancia….a veces me pregunto como es posible que haya teólogos, catequistas….curas….religiosos/as….que nieguen la existencia del infierno y afirmen con rotundidad que todos estamos salvados hagamos lo que hagamos. Si tuvieran razón, ¿a que viene la insistencia de Cristo en nuestra perseverancia?
Además el Redentor nos previene contra los usurpadores, o sea, los herejes, que son aquellos que en nombre de Cristo (o bajo su identidad) predican doctrinas que no son de Cristo sino de su propia subjetividad. Estemos siempre atentos, ¿y como hacerlo? pues con un referente seguro: el CATECISMO sobre todo, y la doctrina del Magisterio. NUNCA hagamos caso ni sigamos a «formadores» que disientan del Magisterio de la Iglesia Católica. Recemos por su conversión pero no nos dejemos engañar por sus errores o sus mentiras con apariencia de verdad.