Clemente de Roma es el tercer sucesor de Pedro, o sea el cuarto Papa de la cristiandad. Se le recuerda el 23 de Noviembre. Escribió una importante carta a los corintios con objeto de restablecer entre ellos la concordia, y de educarlos en la obediencia a los presbíteros. El hecho de entrar en asuntos internos de esa Iglesia local significa la preeminencia de Roma.
Nació en Roma y fue exiliado por el emperador Trajano, muriendo mártir en el año 97, siendo arrojado al mar con una áncora al cuello. Su vida era piadosa y entregada del todo a su ministerio. Profundizó la doctrina de la salvación, incidiendo en la necesaria respuesta libre de todos a la oferta del Amor de Dios. Y catequizó ámpliamente sobre la necesidad de una organización jerárquica (y no anárquica) en la Iglesia: cada cual ejerce su ministerio según la vocación recibida, sin confusiones entre laicos y clérigos. Fue además pionero en escribir sobre las autoridades políticas: se debe orar por ellas para que cumplan con justicia su misión, si son perseguidores de la fe, orar por su conversión. Su mensaje en este aspecto es muy positivo,
siempre lleno de humildad y caridad.
San Clemente de Roma, intercede por nosotros