Viernes Santo: tanto rechaza Jesús el pecado de la impureza que no dirigió palabra alguna al vicioso Herodes. Reflexionemos sobre la ausencia absoluta del sentido de pecado contra la castidad, que hoy se ha impuesto en la sociedad llamada cristiana. Reconozcamos como desde hace cinco décadas la conciencia moral cristiana se ha narcotizado de tal modo sobre este pecado que ha asumido los presupuestos ideológicos de la posmodernidad con toda su carga de relativismo y antropocentrismo opuesto a la Verdad revelada y a la humildad que se precisa para aceptarla.