Un médico habla sobre la comunión en la boca: NO hay el menor riesgo para la salud

Traducimos una carta que un médico ha enviado a un periódico italiano que desmonta la imposición universal que se quiere hacer de la comunión en la mano «por motivos higíenicos»

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Señor director:

Trabajo en un hospital con enfermos de Covid-19, y ello me ha llevado a profundizar en el tema y hablarlo con otros colegas. Apoyados en la literatura científica, hemos llegado a las siguientes conclusiones: a diferencia de otros virus, este coronavirus ataca directamente las mucosas superiores de las vías respiratorias (nariz, faringe y laringe) e inferiores (bronquios y bronquiolos). Va directo a sus receptores sin pasar por la linfa y la sangre como otros virus.

El Covid infecta las células de las mucosas de las vías respiratorias, desplazándose sobre todo por medio de gotitas o en la forma hidrogaseosa de aerosol. A consecuencia de ello, aunque ha sido objeto de hipótesis, hasta el momento no se ha demostrado que se transmita por contacto.

La palma de la mano y las yemas de los dedos, así como la saliva, son los principales vectores de transmisión, pero es difícil que puedan causar infección si no contienen el virus en forma de gotitas o de aerosol. Para contagiar, el virus tiene en realidad que echar a volar.

Hasta que la saliva no pase del estado líquido en que se encuentra habitualmente en la boca al de gotitas o de aerosol es potencialmente inocua. La saliva se vuelve peligrosa cuando se nebuliza en forma de microgotas con los estornudos y la tos, o bien al hablar en voz alta a poca distancia.

Sin mascarilla o con la mascarilla por debajo de la nariz, las diminutas gotas expulsadas por un estornudo pueden llegar hasta a 6 metros de distancia (por lo cual un metro de separación no sería suficiente); en el caso de un golpe de tos pueden llegar hasta 2 metros.

La palma de la mano y las yemas de los dedos pueden acumular virus, pero éstos difícilmente pueden ser causa de transmisión directa, por lo que algunas de las soluciones propuestas, como desinfectarse las manos antes de recibir la Hostia, o llevar guantes, son a mi juicio discutibles. No digo que no sirva de nada, pero hacer estas cosas no será desde luego lo que proteja principalmente de contagio.

La misma saliva, aunque contenga virus, no puede contagiar mientras se mantenga líquida en la boca y no pase al estado aeriforme (ni siquiera con una de esas viejecitas a las que se les cae la baba sobre los dedos del cura, lo cual es evitable recibiendo la Hostia en los labios por el lado opuesto del borde de la misma).

Por otra parte, la saliva contiene lisozima, que es un desinfectante natural y actúa contra el virus. Es más, la propia lisozima ya se emplea como fármaco contra el virus.

En conclusión: en mi opinión, la manera en que se reciba la Sagrada Forma es indiferente y ambas son igualmente inocuas en potencia por lo que se refiere al riesgo de contraer el coronavirus.

Será menester, por el contrario, dedicar más atención a adoptar otras medidas de defensa y a la mascarilla, y evitar estornudar y toser en la iglesia, sobre todo ante el sacerdote en el momento de comulgar, cuando será forzoso quitarse la mascarilla por unos segundos para recibir al Señor, de una manera o de la otra.

Suele atacársenos por el caso Galileo, cuando el padre Grassi SJ quiso imponer una falsa idea científica (¡que duró dos siglos!) sólo por defender sus convicciones, que ni siquiera eran de índole teológica sino clerical. Quisiera evitar que se repitiesen cosas de este estilo, porque amo a la Iglesia.

Como la Tierra y el Sol seguían girando independientemente de lo que pensara el jesuita, el coronavirus hace lo mismo y contagia sólo por vía aérea, dando igual lo que piensen los partidarios de la comunión en la boca o en la mano.

Podríamos afirmar resueltamente que el Covid se propaga por únicamente el aire pero no con la saliva en tanto que ésta permanece en la boca en forma líquida. Todo lo dicho hasta ahora lo confirma que durante la epidemia los médicos ya no hacen tantas intervenciones de laparoscopia precisamente para evitar que al insuflar gas al abdomen escapen de la válvula microgotas aeriformes conteniendo el coronavirus.

En resumidas cuentas, esto debería ser una buena noticia para todos: saber que ninguna de las dos formas de recibir la Comunión supone ciertamente un riesgo grave de contagio. Al decir esto, no es mi intención en modo alguno restar importancia a las precauciones higiénicas hasta ahora propuestas.

Atentamente,

Dr. Fabio Sansonna

(Traducido por Bruno de la Inmaculada. Artículo original)

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