Este mensaje es una fraterna invitación a los sacerdotes para que, atendiendo el derecho de los fieles reconocido en el Magisterio (a comulgar de rodillas), coloquen reclinatorios en el Templo para recibir la comunión.
Si hace mucho tiempo que se eliminaron de la Iglesia, le recomendamos siga este itinerario de recuperación:
1: Documéntese antes que nada para que nadie pueda señalarle como «anticuado» o adjetivo similar. Se trata de hacer lo que pide la Iglesia y está reflejado en su magisterio más reciente desde el Concilio Vaticano II. Vea la Ordenación General del Misal Romano (punto 160) y la Instrucción Redemptionis Sacramentum (punto 90).
2: Informe a su consejo pastoral (u órgano similar) de que pondrá el reclinatorio a modo de prueba, para valorar la respuesta y reacción de los fieles.
3: Informe (y forme) a sus catequistas de la necesidad de formar a todos en el debido respeto y fervor a Jesús Sacramentado
4: Anuncie en homilía dominical la intención de colocar reclinatorio de forma muy próxima. E indique que no se trata de «obligar» a nadie a usarlo, sino que se trata de RESPETAR al que lo quiera usar y no tenga que arrodillarse en duro
5: Coloque, por fin, el reclinatorio en día de precepto y manténgalo durante una breve temporada (un mes, más o menos) solamente en las Misas de precepto
6: Déjelo ya definitivo en todas las Misas y a todas horas. Es el final del itinerario
* Dicho por no pocos sacerdotes que lo han hecho: «La respuesta de los fieles es positiva, y más aún de los jóvenes».
Yo suscribo lo dicho.