Seguimos tratando el tema de la confesión. Hoy hablamos brevemente de los últimos tres elementos (de los cinco) necesarios para una buena confesión. [3] El propósito de enmiendo tiene que ser firme, universal y eficaz. [4] La confesión de los pecados debe ser sincera, integra y humilde. [5] La satisfacción se debe cumplir pronto y con fe y devoción. Cada pecado mortal lleva pena eterna y pena temporal. La pena eterna se perdona con la absolución en la confesión, pero la pena temporal y los malos efectos se necesitan pagar por medio de penitencia, o sea en este mundo o en el purgatorio.