Fiducia supplicans y la lógica diabólica

Sobre la lógica diabólica (o sofismo)[1] ya hemos escrito. Explicamos cómo los modernistas no utilizan la lógica, sino el sofismo (invención astuta) y basándose en premisas falsas llegan a conclusiones falsas para engañar a la gente. Por eso al sofismo se le puede llamar tambien “lógica diabólica”.

Declaración de Fiducia supplicans,[2] publicada el 18 de diciembre de 2023, justo antes de Navidad, en la que se abre la posibilidad de bendecir a parejas del mismo sexo y a parejas en relaciones irregulares, es otro ejemplo del sofismo. Por supuesto, muchos lo reconocieron inmediatamente, y no es de extrañar que haya causado una verdadera tormenta entre los fieles y discordia entre los obispos. Apenas unos días después de la publicación de la Declaración, los obispos de la Arquidiócesis de San María en Astana (Kazajstán), las conferencias episcopales de Benin, Ghana, Camerún, Madagascar, Hungría, Malawi, Nigeria, Polonia, Ruanda, Togo, Ucrania y Zambia, rechazaron completamente esta declaración.[3] La Hermandad Británica del Clero Católico, que cuenta con más de 500 miembros, firmó una declaración que decía, entre otras cosas: «Creemos que la verdadera caridad siempre sigue a la verdadera doctrina y que tales bendiciones irían en contra del cuidado legítimo que un sacerdote debe a su rebaño… tales bendiciones son pastoralmente y prácticamente inadmisibles.»[4]

Tras la publicación de la Declaración, muchos afirmaron que no permitía la bendición de uniones entre personas del mismo sexo sino de los individuos del mismo sexo. Por lo tanto, primero debemos ver qué está escrito exactamente en la Declaración. En el párrafo 31 se dice explícitamente: «En el horizonte aquí delienado se coloca la posibilidad de bendiciones de parejas en situaciones irregulares y de parejas del mismo sexo». Por lo tanto, se bendice a una PAREJA del mismo sexo , no a una persona o individuo del mismo sexo. Está claro para todos, incluso para esa abuela que ni siquiera tiene cuatro grados de primaria, lo que en este contexto significa PAREJA. Todo el mundo sabe que «pareja» es un término que designa un pseudomatrimonio, es decir, una unión en la que un hombre y una mujer no casados por la Iglesia, o en el caso de personas del mismo sexo, dos hombres (o mujeres), mantienen relaciones sexuales. Por lo tanto, se bendice un pseudomatrimonio entre personas del mismo sexo, no una persona o individuo del mismo sexo.

En el mismo párrafo (31) se dice que la bendición no se concede a aquellos que quieren legitimar su estatus «sino que ruegan que todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones, sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo.» Su estatus no está legitimado en el sentido legal, porque no recibirán ningún certificado de «matrimonio», pero la bendición de tal pareja normaliza la sodomía, supongo que eso está claro para todos.[5] Se dice que «ruegan que todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido… en sus relaciones sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo.» ¡Esto es pura blasfemia! Porque se invoca al Espíritu Santo para enriquecer y elevar lo «bueno» de su relación pecaminosa, es decir, el «pecado que clama al cielo», la sodomía (CIC 1867, Gn 18,20; 19,13). ¿Puede el cardenal Fernández explicarnos qué tiene de bueno la sodomía?

Bueno, tal vez con eso se quiere explicar o reconocer cosas buenas que tiene la pareja cada uno como individuo. Está claro que cada persona como individuo tiene algo bueno en él y eso no está en discusión, pero la pareja del mismo sexo no pide aquí una bendición como individuos sino como pareja. El hecho de que uno de ellos sea bueno horneando panqueques no disminuye la pecaminosidad de su relación de pareja. Sería como si una pandilla viniera a pedir una bendición para un exitoso atraco a un banco con la excusa de que cada uno tiene algunas virtudes, Marko es un buen pescador, Tomas cuida a su padre enfermo y Pedro ayuda a su vecino a recoger aceitunas. Independientemente de todo el bien que una persona tenga en sí, la Iglesia no puede bendecir un pecado o una intención pecaminosa porque «bendecir es una accićon divina que da vida y cuya fuente es del Padre. Su bendición es a la vez palabra y don (bene-dictio, εὐ-λογία). Aplicado al hombre, este término significa la adoración y la entrega a su Creador en la acción de gracias» (CIC 1078). Y cuando el sacerdote bendice a alguien, sea parte de la liturgia o no, sea formalmente o espontáneamente, lo hace en nombre de Dios.

Además, en el mismo párrafo se escribe: «la posibilidad de bendiciones de parejas en situaciones irregulares». ¿Qué significa parejas en «situaciones irregulares»? Sabemos que hay vuelos irregulares, clases irregulares, frecuencias cardíacas irregulares, ciclos de ovulación irregulares, etc. ¿Pero parejas en situaciones irregulares? ¿No están estas parejas en «situaciones pecaminosas», es decir, parejas que viven en la fornicación, o de repente se ha prohibido mencionar el pecado en la Iglesia?

En el párrafo 32 dice: «La gracia de Dios, de hecho, actúa en la vida de aquellos que no se consideran justos, sino que se reconocen humildemente pecadores como todos». En sí misma, esta frase es correcta, pero en contexto es descarado. Si alguien que sufre de atracción hacia el mismo sexo acude al sacerdote para una entrevista con el deseo de superar sus dificultades, de admitir humildemente su pecaminosidad,[6] SIEMPRE ha sido bienvenido en la Iglesia (CIC 2358, 2359). Sobre una persona tan arrepentida y deseosa de convertirse, el sacerdote seguramente puede invocar con pleno derecho la bendición de Dios. Pero aquí estamos hablando de una pareja del mismo sexo, que voluntariamente decidió, contra la voluntad de Dios y a pesar de la voluntad de Dios, vivir en el grave pecado de la sodomía (CIC 2357, 2396), una pareja que NO se reconoce pecadora, sino al contrario, quienes en su arrogancia consideran que saben más que Cristo y su Iglesia. ¡Allí no hay humildad! Al llegar a la Iglesia, se burlan del Cuerpo Místico de Cristo. Dicen, la Iglesia está equivocada u obsoleta, hay que cambiar la Iglesia, hay que legalizar la sodomía, hay que celebrarla porque la sodomía es la nueva virtud. No sólo lo dicen, sino que también socavan a la Iglesia en todos los frentes, intentando cambiar la enseñanza de la Iglesia sobre la sodomía. ¡Y ahora Bergoglio y Tucho (Fernández) dicen que ELLOS deberían ser bendecidos! En el mismo párrafo se escribe: «La Iglesia acoge a todos los que se acercan a Dios con corazón humilde». ¡¿Las personas que abogan por la sodomía,[7] defensores de la perversión sexual, se acercan a Dios con corazones humildes?!

La humildad del corazón también se menciona en el párrafo 33. Sin embargo, está claro para todos que aquellos que han decidido conscientemente vivir permanentemente en contra del mandato de Dios no vienen a la Iglesia con corazones contritos, sino con corazones duros con la intención de burlarse de Cristo y su Iglesia. Aquellos que glorifican el pecado que clama al cielo, la sodomía, no sirven a Cristo sino a Satanás.

Para reducir el shock de las personas a las que aún no se les ha lavado el cerebro, se habla de una «bendición espontánea», como si un sacerdote se topara accidentalmente con una pareja del mismo sexo, y ellos, por casualidad, llegarían vestidos muy bien, sus amigos accidentalmente cantarán un poco, y luego accidentalmente irán a tomar un refrigerio, accidentalmente bailarán un poco, accidentalmente cortarán un pastel en el que dos hombres de chocolate están abrazados, todo por accidente, y entonces estará bien.

Hay demasiado sofismo en esta declaración para poder analizarlo todo en un espacio tan pequeño, pero lo ya mencionado aquí dice bastante de qué tipo de documento estamos hablando, y es un documento diabólico, porque está inspirado por una lógica diabólica. No hace falta ser teólogo para saber que la práctica pastoral no puede estar en conflicto con el dogma, y aqui ​​se trata de la introducción de una práctica sacrílega.[8] Es un compromiso con el diablo.

Podemos decir con seguridad que este es el comienzo de la persecución oficial de los sacerdotes ortodoxos, porque no han pasado ni 24 horas desde que se publicó la Declaración y el presidente de la Conferencia Episcopal de Austria, el arzobispo Franz Lackner, anunció que los sacerdotes «ya no podrán decir «no» a la bendición de las parejas del mismo sexo”.[9] 

Lamentablemente, nuestro arzobispo y metropolita de Zagreb Dražen Kutleša no reconoció la trampa del maligno. Invitado el 19 de diciembre de 2023 en el programa Noticias de la television nacional dijo sobre la nueva declaración: «La bendición se distribuye a las personas. Si alguien se encuentra en un determinado estado, especialmente pecaminoso, entonces la Iglesia quiere cuidarle y prestarle atención de manera especial. El Dicasterio para la Doctrina de la Fe subraya que no puede entenderse como una ritualización, es decir, un rito que debe ser aceptable para la Iglesia. Entonces, la persona es bendecida, no el estado de las personas que viven en esa situación.»[10] 

En primer lugar, ya hemos visto que se bendice una pareja, no una persona. En segundo lugar, dice el arzobispo, «si alguien se encuentra en un determinado estado, especialmente pecaminoso, entonces la Iglesia quiere cuidarle y prestarle atención de manera especial». ¿Significa esto que en el pasado la Iglesia se equivocó al no prestar «atención de manera especial» a Hitler, Tito, Mao Zetung y similares porque se encontraban en un estado «particularmente pecaminoso»? ¡Ya estamos hartos de estos discursos ambiguos y sin sentido! Por supuesto, la Iglesia debe ayudar a los pecadores, porque todos somos pecadores, pero sólo mientras haya un esfuerzo por parte del pecador para volver al camino correcto. Sin embargo, la Iglesia no debería ayudar a los enemigos de Cristo, porque eso sería ayudar a Satanás, supongo que eso debería quedar claro incluso para un arzobispo. Quienes persistentemente promueven el pecado de la sodomía con sus palabras y acciones son enemigos de Cristo (cf. Mt 12,30; Rom 1,26-33).

Entonces, para resumir. Una persona que es católica y sufre de atracción hacia el mismo sexo acudirá al sacerdote y buscará orientación y cuidado pastoral del sacerdote; ¡esa persona no se «casará» con otra persona del mismo sexo! Una persona así puede recibir una bendición. Una persona que a sabiendas y sin coacción se «casó» civilmente con otra persona del mismo sexo, o simplemente decidió vivir con otra persona del mismo sexo, no es católica porque no acepta las enseñanzas de la Iglesia (can. 749, 751, 1364), ¡y no tiene nada que buscar en la iglesia! Muy simple. Así lo confirma uno de los principales canonistas de Estados Unidos, el obispo Thomas Paprocki (Illinois, Springfield), doctor en derecho canónico, presidente de la Comisión de Asuntos Canónicos de la Conferencia Episcopal Americana, quien, citando el Catecismo de la Iglesia Católica y el Código de Derecho Canónico, advierte que la verdad de que se es homosexual constituye pecado, se debe creer en la fe divina y católica, porque si alguien «niega la enseñanza católica establecida, acepta la herejía, cuyo resultado es la excomunión automática de la Iglesia católica».[11]

Todos aquellos que acepten este ridículo documento deben saber que, basándose exactamente en los mismos «argumentos», mañana otras parejas podrán venir a la iglesia y pedir una bendición: una prostituta con su cliente, o un pedófilo con un chico, o un hombre con una cabra, o… Pero bueno, ¿no tenemos entonces que ir «hacia todos sin excepción» (Amoris laetitia, 309)?

En definitiva esta declaración pretende que lo que se bendice no se bendice, y todos sabemos lo que se bendice y todos sabemos que es contrario a la fe católica. Qué diabólico que justo en el momento de la llegada del advento Bergoglio nos presente esta perversa declaración. Mientras que San Juan Bautista preparó el camino a Cristo, perdiendo la vida reprendiendo a la pareja, Herodes y Herodías, porque vivían en fornicación, hoy, después de dos milenios, Jorge Bergoglio está preparando el camino para el Anticristo, bendiciendo lo que San Juan Bautista maldijo.

Pero bueno, tal vez San Juan Bautista no sabía que Herodes era un buen pescador y que Herodías freiria buenos panqueques.

Ivan Poljaković


[1] Un sofismo (griego  σóφισμα:  un descubrimiento inteligente; una invención inteligente o astuta) es una conclusión falsa que se hace parecer correcta; Ingenio astuto para defender algún reclamo insostenible. 

[2] Dichiarazione “Fiducia supplicans” sul senso pastorale delle benedizioni del Dicastero per la Dottrina della Fede (vatican.va)   (18/12/2023)

[3] Widerspruch gegen Fiducia supplicans: eine Aufstellung – Katholisches ;  sodomismo – Fe y obras ; Iglesia católica húngara | Comunicación (katolikus.hu) (27/12/2023)

[4] Cofradía del Clero Católico – Provincia británica del Papa San Gregorio Magno (confraternidadccb.org.uk)  (23/12/2023)

[5] Basta echar un vistazo a los titulares de la prensa secular de todo el mundo: todos coinciden en que se trata de un gran giro de la Iglesia católica porque permite la bendición de las uniones entre personas del mismo sexo. Todo lo demás son sólo matices.

[6] El sentimiento mismo de atracción hacia personas del mismo sexo no es pecado, pero el acto entre personas del mismo sexo es pecado.

[7] Siempre debe hacerse una distinción entre personas que sufren atracción hacia el mismo sexo y personas que abogan por la sodomía.

[8] Müller: Las bendiciones para las parejas homosexuales son una blasfemia – Daily Compass (newdailycompass.com)   (27/12/2023)

[9] Lackner: Segenswunsch eines gleichgeschlechtlichen Paares nachkommen (katholisch.at)   (23/12/2023)

[10] Kutleša para HRT: Exigimos que las escuelas religiosas sean iguales a las públicas – HRT   (23/12/2023)

[11] «Imaginando a un cardenal hereje«, Thomas J. Paprocki, First Things , 28 de febrero de 2023 (23/12/2023)

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