Fiesta del Santísimo Nombre de Jesús
3 enero 2016
E
n la Biblia, referirse al nombre de una persona es referirse a la misma persona. La expresión “en el nombre de Jesús” es muy frecuente usada en la Sagrada Escritura. Vemos por ejemplo a San Pedro cuando se dirige al cojo que estaba esperando limosna en la puerta del templo y le dice: “No tengo oro ni plata, lo que tengo te doy. En el nombre de Jesús Nazareno, levántate y anda”. O cuando los discípulos que habían sido enviados por el Señor vuelven le dicen a Jesús: “Hasta los demonios se sometían a tu nombre”.
En el famoso discurso de San Pedro que aparece en los Hechos de los Apóstoles, capítulo 4 se nos dice: “No hay ningún otro nombre bajo el cielo por el que podamos salvarnos”. Y es que no es posible salvarse sin Cristo.
En estos tiempos de confusión a veces falsos profetas y maestros quieren enseñarnos otros caminos; pero hemos de recordar que Cristo es el único camino. Cuando algunos dicen que cristianos, judíos y musulmanes tenemos el mismo Dios es una falsedad. Es por ello que tenemos que tener ideas claras; no es suficiente tener buena fe. Si nos dejamos llevar por doctrinas falsas, a pesar de nuestra ingenuidad o nuestra buena fe, nos podemos condenar.
A veces se nos presenta un dilema: “Entonces, ¿a quién sigo a la Biblia o a los profetas y maestros que nos proponen una doctrina diferente?” Sería una decisión poco inteligente si siguiéramos a aquellos que nos proponen una doctrina diferente a la de Cristo, manifestada en las fuentes de la revelación (Sagrada Escritura y Tradición de la Iglesia).
Sólo el nombre de Jesús, que es como decir la persona de Jesús, quien nos puede traer la salvación. ¿Cómo podemos admitir que ciertas religiones que blasfeman contra Cristo puedan llevarnos al Padre? Recordemos lo que nos dice San Juan en su primera carta: “Quien no cree en el Hijo tampoco cree en el Padre”. También nos dice San Juan: “El que no cree en el Hijo es el anticristo”. Hermanos, la Palabra de Dios no admite dudas, es contundente, clara y explícita.
Se ha dicho también que decir Cristo, Mahoma y Buda es lo mismo. Entonces, ¿dónde quedan estas palabras? Eso es una falsa doctrina, y como consecuencia, no podemos aceptarla.
Algunos dicen que la Biblia es un libro obsoleto. ¿Desde cuándo la Palabra de Dios es obsoleta? ¿A quién vamos a creer a Cristo o a los falsos profetas y maestros? ¡No os dejéis inducir al error!
El primer deber del cristiano es ser fiel a Cristo y a sus enseñanzas. Los pastores no pueden inventarse doctrinas. El buen pastor ha de transmitir la doctrina recibida por Cristo y ha de confirmar al pueblo en la fe. Así pues, no nos podemos separar de la fidelidad a Cristo, a su nombre, a sus enseñanzas.
Se ha dicho que no hay necesidad de evangelizar a los judíos. Y yo digo, si los judíos no creen en Cristo, y sólo Cristo nos puede traer la salvación; entonces, si no hay necesidad de evangelizar a los judíos, ¿cómo se les va a conducir a la salvación?…