Domingo de Septuagésima (Rito Extraordinario)
«El sacramento del orden transforma a un hombre en otro Cristo»
Dios llama al joven a diferentes horas, como en la parábola del evangelio de hoy.
Esta llamada la recibe el joven en su corazón; y éste lo sabe muy bien cuando Dios le llama.
Cada llamada vocacional es una declaración de amor de Dios para con ese hombre elegido.
Nadie puede elegir por sí mismo este camino si no es llamado, como nos dice la carta a los Hebreos.
Sólo falta el acto libre de la voluntad del llamado para responder a Dios.
Cuando Dios me llamó a mi, yo tenía 17 años. Al principio me hice bastante el remolón.
Cuando se recibe el sacramento del hombre, quien lo recibe se transforma en un ser diferente. El carácter sacramental que se recibe por el sacramento del orden es un sello que se graba en su alma y lo transforma para siempre; y no sólo para esta vida sino también para la otra.
El sacerdote mira como Cristo, piensa como Cristo, vive como Cristo. Como dice San Pablo: «Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mi» (Gal 2:20)
El sacerdote vive rodeado de un mundo sobrenatural, pero pocos son los que se dan cuenta de ellos, pues muchos viven en la pura superficie.
La Misa es lo más excelso que Dios le ha dejado al sacerdote. En ella el sacerdote participa de un modo especial de la muerte de Cristo….