Lo importante es que sea feliz…

Cuando se expresa que en la actualidad (desde mitad del siglo XX) Cristo ha sido y es destronado, a la par que el ser humano ha sido y ex exaltado, y por tanto el hombre mismo ocupa el lugar central que solo a Dios corresponde, se alza entonces la más furiosa crítica contra lo que los modernistas (y conservadores) llaman “profetas de calamidades, fanáticos, integristas…etc”.

En este breve texto voy a compartir un ejemplo de la vida cotidiana que a todos nos resultara bastante familiar a no ser que vivamos aislados del mundo y/o ajenos a la realidad más directa: una tertulia informar entre varios familiares cuando la madre de una chica de 18 años anuncia que su hija se ha ido a vivir con su novio.

El novio tiene trabajo y pueden vivir, más o menos, independientes aunque siempre con la ayuda de los padres por si acaso. Anoto que es una tertulia de familiares que acaban de salir de Misa dominical y charlan a gusto en el atrio de la parroquia. Cuando la madre da la noticia los demás callan y asienten y la misma madre apostilla que “esta es la costumbre de hoy”. La prima de la madre, catequista a más datos, confirma la bondad de la “buena nueva” al decir con firmeza que “lo importante es que tu hija sea feliz”. La madre responde que si es feliz y muy ilusionada. Los demás dan su aprobación en una especie de “conclusión coral” para seguir la conversación con otros asuntos más “importantes”: la chica busca ahora un trabajo compatible con sus estudios para poder hacer frente a los gastos de su nueva vida.

Por cierto que en la tertulia ha aparecido, a saludar, el sacerdote que acaba de celebrar la Misa y que, por supuesto, no piensa dar su opinión al respecto ya que si dijera lo más mínimo (recordar por ejemplo que esa chica vive objetivamente en pecado mortal) sería de inmediato calificado de “casi” terrorista moral. Obvio que me refiero a un sacerdote de la minoría “pelagiana” (calificativo usado para el clérigo fiel a la doctrina) ya que en una sensible mayoría el sacerdote asentiría la “bondad” del concubinato habida cuenta que es por “amor” y no por solo placer. De hecho hay profesores de teología hoy que afirman que no es pecado la relación sexual antes del matrimonio si se hace por cariño y no por solo gozo…

¿Nos suena a todos esa anécdota tan cotidiana?; pues es la prueba útil y contundente para certificar que Cristo está destronado en la vida de la inmensa mayoría de los católicos (incluyendo a los que tenemos en deber gravísimo de formar y corregir). Lo que impera es solo el sentimiento humano y subjetivo. Lo que importa y se prioriza es la emotividad presente que destierra toda ley Divina, natural, moral y por supuesto eclesiástica. Cristo destronado para que el hombre sea exaltado y ocupe su lugar central.

La pregunta que surge es ¿desde cuando y por qué?; pues respondamos con valentía y humildad (virtud que incluye reconocer errores propios):

Desde mitad del siglo XX una vez clausurado el concilio vaticano segundo, y coincidiendo en convergencia con el mayo del 68 o mayo francés.

¿Por qué?: Requiere larga respuesta pero la concentramos en una frase. Por la reforma litúrgica especialmente de la Santa Misa. Desde que la Misa ya no es cara a Dios sino cara al hombre (al pueblo) el efecto inmediato es el cambio de la misma FE (lex orandi, lex credendi) que ubica al ser humano a la cumbre y destierra a DIOS a la esquina o al apéndice de la realidad. A buen entendedor…

Padre Ildefonso de Asís
Padre Ildefonso de Asís
Sacerdote tradicional sin complejos y con olor a pastor

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