«Querido Papa Francisco» – Un párroco escribe al Papa después de la confusión causada por su reciente entrevista

Querido Papa Francisco:

Le escribo esta carta, como sacerdote a su Obispo de Roma y como un hijo a un padre. Escribo con el corazón en un puño, y sé que la pesadez de corazón es compartida por muchos de mis hermanos católicos, tanto del clero como laicos.

Viendo las primeras noticias, una mañana de la semana pasada encontré como uno de los titulares proclamaba que en una entrevista en el vuelo de México a Roma, Su Santidad había indicado que la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción puede estar experimentando un cambio. Como hice en el pasado, fui a la traducción oficial de la entrevista para determinar lo que Su Santidad dijo. Su Santidad nunca dijo que la doctrina contenida en la Humane Vitae ya no forma parte de las enseñanzas de la Iglesia. Sin embargo, dijo que la anticoncepción no es un mal absoluto para a continuación, pasar a ofrecer un ejemplo en relación a Pablo VI que permitía el uso de anticonceptivos a las monjas, porque estas se encontraban en peligro de ser violadas; aún si este fuera el caso, sería un contexto muy diferente al del matrimonio. Su Santidad debería ser capaz de ver cómo los periodistas seculares pueden tomar sus palabras para saltar a la conclusión de que sus palabras son una señal de que la enseñanza de la Iglesia sobre el mal moral de la anticoncepción está experimentando un cambio hacia una visión más permisiva.

Querido Papa Francisco, no es Su Santidad un buen maestro en estas situaciones. Enseñar la verdad sobre el bien y el mal es una tarea difícil en un mundo secular y auto-centrado. Requiere tanto de claridad como de matices, los cuales no estuvieron presentes en ninguna de las conversaciones que tuvo con los periodistas. A menudo, cuando me quedo perplejo o desanimada me dirijo a los escritos del Beato John Henry Newman. Por favor, permítame mostrarle de entre sus escritos,  las dos siguientes citas que yo creo que serían de gran beneficio para Su Santidad y para todos los que tienen el encargo de enseñar la fe Católica de una manera auténtica. La primera cita es de la Carta al Duque de Norfolk por parte de Newman, aquel increíble trabajo en el que Newman habló sobre la conciencia y su relación con la enseñanza de la Iglesia; más específicamente en referencia a la enseñanza sobre el Ministerio Petrino:

«Pero el sentido del bien y del mal, que es el primer elemento en la religión, es tan delicado, tan caprichoso, tan fácilmente confuso, obscuro, extraviado, tan sutil en sus métodos de argumentación, tan susceptible a cierta educación, tan influido por el orgullo y la pasión, tan fluctuante en su trayectoria, que, en la lucha por la existencia, en el curso de los numerosos ejercicios y triunfos del intelecto humano, este sentido es al mismo tiempo el más alto de todos los maestros, pero el menos luminoso.»

Querido Papa Francisco, lo que Newman está diciéndole a Su Santidad y a mí, es, que enseñar el bien y el mal es muy difícil; y que esto debe ser abordado con mucha humildad y con un cuidadoso uso de la razón. La emoción y los comentarios fuera de lugar no tienen lugar en las enseñanzas sobre el bien y el mal, y ciertamente no hay espacio para comentarios a la ligera con periodistas que son mucho más inteligentes que Su Santidad para producir los titulares de las noticias de la mañana.

La segunda cita de Newman está sacada del Desarrollo de la Doctrina Cristiana, que algunos la consideran como su obra magna. Esta sección se ocupa de la necesidad de la Revelación en materia de fe y moral y en la función del Magisterio de la Iglesia.

«El sentido común de la humanidad…siente que la idea de las revelaciones implica una información y guía presentes y esta una infalible; no una mera declaración abstracta de verdades desconocidas antes del hombre, o un registro de la historia, o el resultado del estudio de un anticuario, sino un mensaje y una lección que le hablen a este hombre y que…  Nos dice que Dios ha hablado. ¿Dónde? ¿En un libro? Lo hemos probado y nos decepciona; nos decepciona, que sin deberse a ninguna falta propia, este don santo y bendito se utilice para un propósito para el cual no fue otorgado. La respuesta del etíope, cuando San Felipe le preguntó si entendía lo que le estaba leyendo, es la voz de la naturaleza: «¿Cómo puedo yo, a menos que algún hombre me guíe?» La Iglesia se compromete con este cometido.»

El ministerio del Magisterio de la Iglesia es tan importante como la misma Escritura. No creemos en la «sola scriptura«. Su Santidad, el Papa Francisco, es la cabeza de este ministerio del Magisterio. Pero Su Santidad no es la Iglesia. Su Santidad es el Papa, el Maestro Supremo de la Iglesia. Pero no es la Iglesia, ni la Iglesia puede ser reducida meramente a Su Santidad. Ya que este último error del reduccionismo es aceptado no sólo por reporteros mundanos, sino también por fieles católicos. Esto viene como resultado de la transformación en los últimos cincuenta años del papado, en un mundo de súper-estrellas, y cuya transformación no es más que una deformación del desarrollo de la doctrina del papado. Que Su Santidad soporte la carga de Maestro Supremo de la Iglesia en un mundo incrédulo es la razón por la que es amado por los fieles católicos y es el objeto de sus oraciones. Pero por favor recuerde que su carga es la carga de la Cruz, y por lo tanto siempre debe ser visto como un signo de contradicción por el mundo, de tal manera que cuando el mundo ve a Su Santidad, este  deberá ver la Cruz de Jesucristo y el amor y la misericordia de Dios mediante Su Santidad  y que se muestra sucesivamente a través de la Cruz.

Por favor, acepte de un humilde sacerdote un poco de consejo filial. Haga un retiro largo y silencioso en esta Cuaresma y haga lo que se tiene que hacer para escuchar a Dios, el cual no puede ser oído durante el terremoto, la tormenta o el fuego, sino en ciertos sones como pequeños susurros.

Suyo fielmente,

Padre Richard G. Cipola

[Traducido por Miguel Tenreiro. Artículo original.]

RORATE CÆLI
RORATE CÆLIhttp://rorate-caeli.blogspot.com/
Edición en español del prestigioso blog tradicionalista internacional RORATE CÆLI especializado en noticias y opinión católica. Por política editorial no se permiten comentarios en los artículos

Del mismo autor

El “castigo” del jesuita Costadoat: ¿un golpe de timón?

Una aclaración importante desde Chile En el comienzo de la semana santa,...

Últimos Artículos

El demonio de la falsa obediencia

“Ay de los príncipes de la Iglesia que se...

«Y estaba sujeto a ellos»

I. En este primer domingo después de Epifanía celebramos...